Cómo hacer un exfoliante facial casero
El uso de un exfoliante, de forma regular e integrado en la rutina de cuidado de la piel, se convierte en una de las formas más simples, sencillas y útiles de eliminar las células muertas, las toxinas y la grasa, y recuperar la luminosidad de la epidermis. Si deseas aventurarte en las recetas de belleza caseras, te explicamos cómo hacer un exfoliante facial casero.
Un exfoliante consiste básicamente en un tratamiento que tiene la capacidad de destapar y limpiar los poros, además de disminuir su tamaño, eliminar las células muertas, el exceso de sebo y las impurezas que se han ido acumulando, poco a poco, en la epidermis.
Los conocidos como exfoliantes mecánicos se caracterizan por ser algunos de los más comunes, ya que su aplicación, por lo general, no comprende ningún tipo de complicación ni problema. Al contrario, son fáciles de usar y mucho más suaves que la exfoliación química.
Así, es muy común que cuando hablemos de exfoliación mecánica nos refiramos principalmente al uso de recetas o productos compuestos por elementos abrasivos (generalmente granos), que se aplican sobre la piel húmeda y se emulsionan con la ayuda de movimientos circulares.
De esta forma, la exfoliación es llevada a cabo por los elementos integrados en la fórmula, generalmente de textura rugosa, por lo que no tienden a ser tan abrasivos como los elementos químicos incluidos en la formulación de los exfoliantes químicos, que sí están compuestos principalmente por enzimas específicas.
Aunque cualquier tipo de piel puede disfrutar de las diferentes cualidades de los exfoliantes mecánicos, es cierto que, al ser una opción muchísimo más suave y respetuosa, es una opción ideal para pieles sensibles y delicadas.
En la actualidad abundan las recetas de belleza que podemos aprender a preparar fácilmente en casa. Y las recetas caseras de exfoliantes no son una excepción. Aún cuando son sencillas y fáciles de elaborar, con las ventajas que supone escoger nuestros propios ingredientes, debemos tener en cuenta algo imprescindible.
Y es que un exfoliante casero nunca será tan efectivo como un producto elaborado por una marca con experiencia, cuya fórmula ha sido estudiada por profesionales para conseguir siempre los mejores resultados.
No obstante, siempre es interesante aprender a preparar nuestras propias recetas de belleza en casa, sobre todo con ingredientes cien por cien naturales que podamos tener en nuestra despensa. Te descubrimos cómo puedes aprender a hacer exfoliantes faciales caseros, y cómo deberías usarlos para conseguir los mejores resultados.
Descubre: Análisis: Los mejores exfoliantes faciales
¿Qué es y para qué sirve un exfoliante facial?
Antes de indagar acerca de los ingredientes ideales que podemos usar en nuestra receta de belleza, y descubrir cómo hacer nuestro exfoliante casero, es una excelente idea repasar brevemente qué es un exfoliante y para qué puede ser útil.
Un exfoliante consiste básicamente en un producto que favorece y ayuda en el proceso de eliminación de las células muertas de las capas superiores de la piel (principalmente la epidermis).
Permite, así, actuar sobre la tersura, homogeneidad y suavidad cutáneas, siendo una opción única ideal para conseguir una piel nueva y renovada durante todo el año, además de prepararla para la aplicación del resto de productos que conforman la rutina.
Dado que, durante el día, la piel se encuentra recubierta por microorganismos invisibles, muchos de los cuales son beneficiosos, la acumulación de sebo, células muertas y toxinas pueden afectar a la salud cutánea en sí.
Por tanto, mediante el uso regular de un exfoliante nos aseguramos que la piel se recupera y se libera de esa acumulación negativa de impurezas, consiguiendo con ello una mejor apariencia, brillo y luminosidad.
Cómo hacer un exfoliante facial casero
Empezamos en esta ocasión con una receta básica, con la que aprenderemos a elaborar un exfoliante facial casero. Para ello, como verás en todas y cada una de las recetas que te descubriremos a continuación, usaremos únicamente ingredientes cien por cien naturales.
En esta primera ocasión usamos copos de avena en polvo, almendras molidas, aceite de salvado de arroz y miel líquida. Se trata de una opción ideal para pieles sensibles y delicadas, aunque la realidad es que cualquier tipo de piel puede disfrutar de sus diferentes cualidades.
La avena, por ejemplo, es rica en una serie de activos calmantes, capaces de exfoliar la piel suavemente sin irritarla. La harina de almendras ofrece una limpieza suave de la piel sin tensarla, y el aceite de salvado de arroz calma y suaviza. Por último, la miel actúa como hidratante y suavizante.
Solo necesitas una cucharada de copos de avena en polvo, una cucharadita de harina de almendras, una cucharadita de aceite de salvado de arroz y una cucharadita de miel líquida.
En un bol añade todos los ingredientes, en las cantidades indicadas, y mézclalos muy bien. Aplicar inmediatamente en el rostro, mediante suaves masajes circulares, con la ayuda de la yema de los dedos. Finalmente, retira con agua tibia.
Cómo hacer un exfoliante facial para pieles sensibles
Si tienes la piel sensible, y necesitas hidratarla mientras purificas y exfolias tu rostro, lo cierto es que la miel y el azúcar pueden llegar a convertirse en dos opciones realmente útiles para usar como exfoliante apto para pieles delicadas.
De hecho, la miel cuenta con propiedades hidratantes, purificantes, suavizantes y curativas. Mientras que, el azúcar, gracias a su textura granulosa, es capaz de exfoliar la piel y despegar las células muertas que se han ido acumulando sobre la piel del rostro.
Para elaborarlo necesitas una cucharada de miel y una cucharadita de azúcar blanca fina. Luego, en un cuenco pequeño, añade los dos ingredientes y combínalos bien, hasta que se mezclen por completo.
Lo ideal es usar miel líquida, lo que ayudará de forma mucho más sencilla a la hora de aplicar el exfoliante y trabajarlo más convenientemente sobre la piel. Por tanto, aplícalo con la ayuda de un suave masaje, evitando roces demasiado fuertes o agresivos.
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Cómo hacer un exfoliante facial casero para pieles secas
En caso de que tengas la piel seca y deshidratada puedes elaborar un exfoliante facial casero para exfoliar este tipo de piel tan delicada.
Para ello usamos harina de almendras, que realiza una limpieza suave de la piel sin tensioactivos, ejerciendo una exfoliación igualmente suave, y además muy nutritiva, gracias a que es rica en vitamina E y lípidos.
Por otro lado, el aceite de almendras dulces es un excelente emoliente, capaz de proteger la piel de la sequedad y nutrir la piel al máximo.
Para hacerlo necesitas una cucharadita de harina de almendras y una cucharadita de aceite de almendras dulces. En un bol, combina todos los ingredientes y mézclalos bien. Es sumamente recomendable usar esta preparación de inmediato.
Para ello, aplícate el exfoliante sobre el rostro, mediante suaves masajes circulares. Finalmente, retira con agua tibia.
Cómo hacer un exfoliante para pieles grasas
¿TIenes la piel grasa? No te preocupes: también hay un exfoliante para ti. En esta ocasión usamos gel de áloe vera, conocido por sus vitaminas y oligoelementos, capaz de hidratar y purificar la piel en profundidad.
El jugo de limón es purificante y astringente, equilibrando la piel grasa, además de destacar por su alto contenido en vitamina C. Y azúcar blanco, que gracias a sus granos finos ayuda a exfoliar la piel naturalmente.
Para hacerlo necesitas una cucharada de gel de áloe vera, media cucharadita de zumo de limón y una cucharadita de azúcar blanca.
En un cuenco, combina todos los ingredientes. Luego, aplícate esta preparación sobre el rostro, masajeando mediante suaves masajes circulares. Deja actuar unos minutos y enjuágate con agua limpia.
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Cómo hacer un exfoliante facial con agua de flores
Especialmente diseñado para pieles delicadas, este exfoliante facial también es de enorme utilidad a la hora de exfoliar la piel con suavidad, sin causar muchos estragos ni problemas.
Para prepararlo necesitas combinar a partes iguales cualquier agua floral con cualidades calmantes (un buen ejemplo podría ser el agua de aciano), con azúcar moreno. Luego, mezcla bien hasta formar una pasta, pero sin mezclar mucho para que el azúcar no se disuelva.
Para aplicarte este tratamiento, debes humedecerte el rostro y aplicarlo mediante masajes circulares. Es ideal usarlo una vez por semana como máximo, de esta forma evitarás agredir la piel.
Cómo hacer un exfoliante facial con aceite de jojoba
En esta ocasión nos encontramos ante un exfoliante facial que también es nutritivo, gracias a que se elabora con azúcar moreno y con aceite de jojoba, de reconocida acción hidratante y nutritiva. De hecho, es una opción ideal para pieles grasas y mixtas.
Para elaborarlo, necesitas combinar una cucharada de azúcar moreno con media cucharada de aceite de jojoba. Eso sí, en caso de que no tengas, puedes optar por sustituirlo por aceite de almendras dulces.
Finalmente, aplícate este exfoliante facial casero sobre la piel del rostro, masajeando con suavidad sin hacer gestos muy agresivos. Lo ideal es hacerlo mediante movimientos circulares, evitando, eso sí, la delicada área de los ojos. Deja actuar unos minutos y enjuágate con abundante agua tibia.
¿Te han gustado nuestras recetas con las que aprenderás a hacer un exfoliante facial casero? Si es así no te olvides que, para disfrutar de sus cualidades, es ideal usarlos como mucho una a dos veces por semana.