Puntos negros y espinillas ¿Cómo prevenirlos?
Los puntos negros, también conocidos habitualmente con el nombre de comedones abiertos, tienden a formarse habitualmente en el rostro, sobre todo en determinadas áreas que se caracterizan por ser más grasas. Y ocurre algo similar con las espinillas. Pero, ¿cómo prevenirlos? Te explicamos algunos consejos y pautas útiles que te serán de mucha ayuda.
Las imperfecciones de la piel pueden acabar arruinando cualquier cutis, obligar al uso de una crema antiséptica (debido al aumento del acné y otros problemas comunes asociados), e incluso llegar a dañar la confianza de la persona que los sufre, especialmente si es joven.
Los puntos negros, por ejemplo, son causados por la obstrucción de los poros. Tienden a asentarse debajo de la superficie de la piel. Y, como su propio nombre indica, se caracterizan por contar con una “cabeza” de color negro.
De hecho, esa tonalidad oscura tan característica se debe principalmente a que, a diferencia de otros granos, los puntos negros se encuentran abiertos, por lo que cuando el aire entra en contacto con su superficie, el poro termina ennegreciéndose.
Los puntos blancos (que habitualmente podemos conocer bajo el nombre de granos), son similares a los puntos negros, pero se diferencian de estos en que son causados por poros bloqueados que se encuentran principalmente debajo de la superficie cutánea.
Así, puesto que el aire no puede alcanzarlos (como sí ocurre con los puntos negros), tienden a adquirir el color o la tonalidad de la piel, pero generan un pequeño bulto que, en la mayoría de las ocasiones, tiende a ser doloroso. Es cuando nos encontramos con el acné.
En este sentido, el acné se forma profundamente debajo de la superficie de la piel, aunque tendamos a pensar que se encuentran en el exterior por el hecho de que se inflan y crezcan.
En cualquier caso, las protuberancias causadas por el acné van acompañadas siempre de una sensación dolorosa y punzante, sobre todo cuando se aprietan. Además, a diferencia de las espinillas tradicionales, no tienen cabeza.
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¿Por qué aparecen los puntos negros y espinillas?
Como hemos visto, los puntos negros aparecen como consecuencia de una obstrucción del conducto capilar por queratinocitos, que consisten en una combinación de sebo y células muertas, que se han ido acumulando poco a poco en los poros.
Es común que estos queratinocitos tiendan a descamarse y, por tanto, a desaparecer diariamente. Sin embargo, en el momento de los cambios hormonales, o en caso de mantener una inadecuada higiene cutánea, esta descamación no se lleva a cabo correctamente.
Así, las células muertas acaban oxidándose al entrar en contacto con el aire, ocasionando un bloqueo del canal, lo que da origen a los típicos comedones. Finalmente, cuando los puntos negros no se trata, se convierten en puntos blancos y luego en unos incómodos y molestos granos.
Las causas de aparición de los puntos negros pueden ser múltiples. Aunque a continuación te descubrimos algunas de las más comunes:
- Pubertad y cambios hormonales. La producción, ingesta o cambios hormonales (algo que, por ejemplo, tiende a ocurrir habitualmente durante la pubertad o la menopausia), tiende a activar las glándulas sebáceas responsables de la producción de sebo. De esta forma, distintos factores hormonales pueden hacer que la piel se vuelva más reactiva, favoreciendo con ello la aparición y la formación de puntos negros.
- Productos y cosméticos comedogénicos. Este tipo de productos cosméticos se caracterizan por ser sustancias grasas (o incluso productos de maquillaje oclusivos, como algunos polvos solares), que pueden ocasionar un bloqueo y obstrucción de los poros.
- Piel grasa y mixta. Existen distintos tipos de piel que pueden tener una mayor predisposición para la formación de puntos negros, espinillas y acné. Esto es debido a que poseen poros muchos más grandes, produciendo una mayor cantidad de sebo, en comparación con la piel seca. Es lo que ocurre con las pieles grasas y mixtas.
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¿Cómo podemos prevenir y evitar los puntos negros y espinillas?
Es evidente que nuestros hábitos diarios tienden a tener un impacto bastante grande en nuestra piel. Seguir una rutina de cuidado de la piel se convierte sin ninguna duda en una de las mejores formas de prevenir la formación de puntos negros y espinillas.
¿Sabes por qué? Principalmente porque si seguimos una rutina de cuidado de la piel, lo más probable es que nos preocupemos por su salud, por lo que tendemos a usar cada día distintos productos que se encargan de limpiarla, nutrirla, protegerla e hidratarla.
Un buen ejemplo lo encontramos en los limpiadores faciales, como podría ser el caso del agua micelar. Los tónicos faciales, por otro lado, son útiles para eliminar la suciedad, el exceso de sebo y las células muertas de la piel, además de reforzar las cualidades del limpiador.
La importancia de la exfoliación regular
Pero no hay duda que una de las mejores formas de prevenir y evitar la formación de espinillas y puntos negros es el uso regular de un buen exfoliante.
La exfoliación consiste en la aplicación de un producto con elementos granulosos que, al aplicar sobre la piel mediante suaves masajes, ayudan a limpiar los poros, eliminando cualquier acumulación de células muertas, sebo y toxinas, que pueden terminar obstruyéndolos e influyendo en la formación de los puntos negros.
Lo ideal es aplicarse el exfoliante al menos una vez por semana, aunque es cierto que todo dependerá del tipo de piel que tengamos. Por ejemplo, en caso de piel grasa lo ideal es aplicarlo entre una a dos veces por semana. Mientras que si tenemos la piel normal o seca es preferible hacerlo una única vez.
Aunque no lo creas, también es muy recomendable evitar la exposición a la luz solar directa. Cuando nos exponemos al sol, la epidermis tiende a espesarse, de forma que el sebo empieza a acumularse en mayor cantidad en esta área.
Esto produce una aceleración en la formación de puntos negros, sobre todo desde el momento en que la textura de la piel vuelve a la normalidad.
También es necesario prestar especial atención a qué productos usamos sobre la piel, concretamente en lo que al cuidado de la piel se refiere (tanto en la rutina como en el propio régimen en sí mismo de belleza).
Esto es debido a que las soluciones a base de alcohol tienden a ser sumamente agresivas para la piel, más aún si tenemos la piel sensible, delicada o seca, aumentando el riesgo de irritaciones cutáneas.
Al contrario, es muchísimo más preferible optar por productos muy suaves, que hayan sido especialmente diseñados, desarrollados y concebidos para su uso en pieles como la que tenemos nosotros.
Por otro lado, es recomendable igualmente adoptar un estilo de vida lo más saludable posible, ya que para frenar la aparición de los puntos negros no deberíamos nunca ignorar la importancia de seguir una dieta equilibrada (aunque en muchas ocasiones no tendamos a relacionar la alimentación con la salud de nuestra piel).
Es conveniente limitar nuestro consumo de dos categorías principales de alimentos: los que poseen un contenido muy elevado en azúcares simples (hidratos de carbono simples) y productos lácteos, además de evitar el consumo de alcohol y optar por un consumo elevado de agua (al ser de muchísima utilidad para hidratar la piel desde el interior).
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Por qué no debes tocarte los puntos negros ni las espinillas
Es evidente que nunca deberíamos perforar las espinillas ni tocarnos los puntos negros y los granos. Por lo general, es común hacerlo sin habernos lavado las manos, lo que significa que no hemos limpiado ni desinfectado la piel antes y después.
Además, el riesgo es mucho mayor cuando se exprimen mal y se aprietan con las manos sucias, ya que al riesgo de infección también le sigue la aparición de un fenómeno inflamatorio mucho mayor.
Por tanto, a la hora de eliminar los puntos negros y las espinillas es concertar una cita con un dermatólogo. Unos días antes de eliminar los puntos negros, aplicar una crema que contenga ácido salicílico, lo que puede ser de bastante ayuda a la hora de suavizar los puntos negros.
Algunos expertos incluso también recomiendan la aplicación de un baño de vapor, algo que sería aconsejable hacer preferiblemente antes de abrir los poros de la piel.
Luego, es imprescindible lavarse bien las manos y desinfectar el área del rostro a tratar. Y, seguidamente, aplicar una solución antiséptica, la cual precisamente debería haber sido recomendada y prescrita por el dermatólogo.
Seguidamente, puedes optar por aplicarte un exfoliante facial (el cual puede ser mecánico o químico), o bien apuntar y apretar el punto negro entre dos hisopos de algodón o dos pañuelos de papel. En caso de que optes por el eliminador de puntos negros, es conveniente desinfectarlo. Poco a poco los puntos negros irán desapareciendo.
Como vemos, existen distintas pautas y estrategias que pueden ser de muchísima ayuda a la hora de evitar la formación tanto de los puntos negros como de las espinillas.
Pero no hay duda que si existe un consejo básico a la hora de descubrir cómo prevenirlos, el más importante tiene que ver con el uso regular de un buen exfoliante.